lunes, 14 de abril de 2014

Empresa práctica para españoles: acoso sexual y mobbing

Hola de nuevo, españoles,

Hoy os voy a contar una vez más lo que te puede pasar si quieres con toda tu alma trabajar como un biólogo y lo que tienes que aguantar.

Hace muchos años, en el 2003, andaba yo por Barcelona viviendo. Mi pareja de entonces me había dejado y había venido a vivir conmigo mi gran hermano del alma. Vivia en un "dúplex" de 50 metros cuadrados. Eso entre los dos pisos que eran. Vamos, una enanez. Sólo decir que a la habitación de mi amigo la llamábamos "el puticlub vietnamita" y yo dormía en el salón, en una cama de esas del Ikea de matrimonio pero de las que hay que subir con escaleras. Una etapa muy interesante de mi vida, la verdad.

Aquí encontré mi primer trabajo como bióloga. Ya sé que he dicho anteriormente que no había trabajado nunca hasta el año pasado, pero es que  esta experiencia es de las que es mejor olvidar. Lo que pasa, que como creo que alguien más le puede estar pasando esto, lo voy a describir aquí, a ver si a alguien le puede ayudar.

La empresa era una clínica en una buena calle de Barcelona, que tenía adosada unos metros más allá una tienda tipo herbolario, donde se daban tratamientos tipo presoterapia y cosas así. La clínica la llevaba un doctor de Lleida, vamos a llamarle Dr. Antonio Terror, que era el sobrino ya talludito de un importante urólogo catalán. Así que este hombre era urólogo. Pero lo que le daba dinero en la clínica eran las dietas. El ponía una dieta, les mandaba vitaminas, fibra, etc que compraban en la tienda y también tratamientos. Les hacía seguimiento semanal o mensual, según el tiempo que llevaran haciendo la dieta.

Aquí yo tenía que sustituir a una de las dueñas de la tienda, que era socia, porque iba a tener un hijo y no iba a poder trabajar una temporada. Tenía que estar en la clínica entre semana y mis funciones eran: recepcionista, estar con el doctor en la consulta y ayudarlo en la exploraciones, procesar las muestras de sangre, orina, hacer estudios nutricionales, medir, pesar y tomar la tensión a los pacientes. A veces, tenía intervenciones menores de urología, y le ayudaba en darle la instrumentación y poco más. Casi era auxiliar de enfermería en este trabajo. También tenía que limpiar la clínica una vez a la semana y un sábado sí, y otro no, ir a atender en la tienda. Osea, que hacía de todo y sólo por 700€ al mes. Un regalazo.

Yo sé que la socia que se iba a dar de baja no hacía todo esto, porque más que nada, no tenía tiempo. Supongo que debían de tener una limpiadora a la que despidieron cuando me contrataron a mi así aprovechaban pero bien mi trabajo.

Durante la formación, la socia me enseñaba qué y cómo tenía que hacer las cosas y me iba diciendo, cuidado no te equivoques aquí que el doctor es muy especial. Tenía mucha presión, porque no me podía equivocar, a pesar de no haber trabajado de bióloga en mi vida ni haber atendido pacientes en la vida. O sea, que ya me valía espabilar.

Cuando llegaba el doctor, parecía que había venido Dios en persona. Al entrar por la puerta, la chica hacía balance de su estado de humor. El día que venía de buenas se la veía más relajada, pero el día que tenía una cara sombría, ni saludaba, malo. El, no ponía su abrigo en el perchero, se lo tenías que coger tú y ponerlo ahí. Luego se metía en la consulta y no salía hasta el final, hubiera o no clientes.

La chica se fue de baja, yo me quedé en la consulta sola con el doctor y empezó a haber un pico de pacientes, así que tuvieron que contratar a otra chica para que hiciera la recepción, porque a mi no me daba tiempo a atender el teléfono y atender pacientes a la vez, porque claro, no lo iba a hacer el doctor, que se estaba tocando los cojones en su despacho, que daba mala imagen que el doctor cogiera el teléfono para pillar citas.

También he de decir que este hombre me enseñó muchas cosas. Pero siempre con poca paciencia. A ver, yo no es que sea corta, pero cuando estás con un tema de salud humana, hay que tener cuidado con todo y si no tienes ni idea, te sientes muy insegura. Además, como me equivocara en algo insignificante, me pegaba unas broncas de la hostia.

Desde luego, me gustaba el trabajo, a pesar de tener un horario comercial, que entraba a las 9 de la mañana y salía a las 9 de la noche. Me tiraba el día bicicleta para arriba, bicicleta para abajo, para poder ir a casa a comer. Barcelona es lo bueno que tiene, que puedes desplazarte en bici muy bien. A veces salía a las 11 de la noche, porque lo último que tenía que hacer era procesar las muestras de orina y si había bastantes, pues hasta que no terminaba no me podía ir. No me pagaban las horas extras, por cierto.

El caso es que a pesar de la mala hostia de este individuo, nos llevábamos bien. Pero había que tener mucho  cuidado cuando se hablaba con él, porque su humor podía cambiar radicalmente. Lo último que nadie quería ahí es que este tipo se enfadara porque cuando era así se respiraba un ambiente muy espeso y no se podía hablar porque si nos oía salía a continuar la bronca. Hablábamos susurrando, la recepcionista y yo. Tampoco nos podíamos reir de nada, porque él salía de la consulta y nos echaba bronca.

Este hombre era de Lleida y de hecho, vivía allá con su familia. Venía el lunes y se iba el viernes. Dormia en una habitación que tenía la consulta. Además era un putero, porque alguna vez que otra, no infrecuentes, nos encontrábamos señales de que había habido una mujer por allí. Teníamos que disimular, aunque a veces él venía y nos lo contaba, como si fuera un Valentino seductor de mujeres irresistible. Pero era un tio ya de unos 50 años, realmente repulsivo. Supongo que alguna tonta se dejaría seducir por eso del sexapeal médico, que de verdad no entiendo muy bien. Pero hay de todo en esta vida, allá ellas.

Llegaron las navidades, y el Dr. Terror nos invitó a la recepcionista, a las dos socias de la tienda, a la dependienta y a mi a una cena en un restaurante cercano a la clínica. Nos vestimos con nuestras mejores galas y fuimos a cenar. En la cena, no hacía más que ponerme vino en el vaso. Yo entonces aguantaba bastante bien el alcohol y no me hacía nada de efecto, y, además me gustaba el vino, era muy bueno. Terminamos a las 12 de la noche del restaurante y nos llevó a la clínica donde guardaba un cava especial que le había regalado un paciente. Las socias se fueron y nos quedamos, la dependienta, la recepcionista y yo allí de risas con el doctor, pensando que no era tan malo, el hombre. A la recepcionista le vino a buscar su novio, la pobre ya salió un poco perjudicada.

La verdad, es que yo no quería cava, porque hasta ese momento yo había bebido bastante vino y sabía que mezclar me iba a sentar muy mal. Iba con un puntillo, así que rechazé el cava pero el se enfadó, me dijo "que bebas, coño! Me estás haciendo un desprecio muy grande! No vamos a terminar mal la noche al final, joder, bebe!" Y me lo dijo con tan mala hostia que dije, vale, y me bebí una copa de cava. La dependienta estaba pedo total, yo todavía resistía y aprovechando eso dije que me iba a casa porque sabía que en un rato estaría fatal. Eran como las 2 de la mañana y el doctor me dijo que cómo me iba a ir, si tenía que entrar a las 9 al día siguiente. La verdad, es que yo ya estaba notando que empezaba a estar bastante borracha así que como él dijo que la dependienta se quedaba también, dormiríamos en la cama donde él se solía acostar todas las noches. Yo, que ya estaba mal, acepté. Fuimos a la habitación la chica y yo, ella se quedó en ropa interior y yo me quedé con mi vestido chino puesto y nos metimos en la cama, apagamos las luces y a dormir.

Al rato, viene el doctor en calzoncillos y se acuesta en la cama!!!!!! Dios, yo me moría de repulsión. No me lo podía creer. Yo creía que él iba a dormir en alguna camilla. Inmediatamente me empecé a sentir mal y me fui de ahí, pero para ir al baño a vomitar. Vino el doctor, que si estaba bien y le digo, que no, que llevaba una melopea de aúpa y que me encontraba mal, que pillaría un taxi y me iría a casa. Y  me dice que no me voy de allí así, que me quede. Que vuelva a la cama. Como no le quería decir que me iba a la cama si él no volvía allá, le dije, vale, vale luego voy, estaré aqui un rato. El, se queda detrás de mi y me dice, es que cómo no te vas a encontrar mal, si llevas hasta puesto el vestido y va el tío y empieza a desabrochármelo así, por las buenas. Yo le digo, no, no, no y me sujeto el vestido, evitando que me lo quite. El tio, se pega un cabreo de la hostia y dice, tú verás, y se marcha del baño, dando un portazo. Ni que decir tiene que la situación me despejó bastante. Pero no me atrevía a salir tal y como iba. Recompuse mi ropa, vomité un poco más y me lavé la cara. Me fui a una camilla a dormir.

Al día siguiente me levanté de la camilla con dolores por todas partes, y una resaca de las de mear y no echar gota. Pero todo menos volver a esa cama. La dependienta ya se había ido y el doctor estaba en el baño aseándose. Me pongo la ropa de trabajo y al rato viene la recepcionista. Mira la cara que llevo y me pregunta qué ha pasado. Le cuento la noche, la chica flipa.

En lo sucesivo el doctor empezó a tratarme fatal. Me contestaba mal, me obligaba hacer cosas que no me correspondían, sólo para putearme. Cuando protestaba, discutía conmigo, no me dejaba llamarle por su nombre, sólo le podía llamar Dr. Terror y de usted. No nos dejaba hablar entre nosotras, ni siquiera cuando no había nadie en la consulta, excepto él.  No nos dejaba hablar bajito, ni susurrando. A veces nos teníamos que pasar notas. Cuando se dió cuenta de esto me obligó a estar dentro de una habitación y sólo podía salir para recibir a los pacientes, no podía estar en la recepción con mi compañera. A la recepcionista la empezó a tratar con excesiva amabilidad y a conversar con ella pero yo no podía participar en las conversaciones. Así me tiré un par de semanas. Aguantando, porque quería trabajar de bióloga.

Un día me llama mi padre por teléfono y yo llorando porque acababa de salir del trabajo. Le digo lo que está pasando y me da ese consejo sobre la dignidad de la persona. Me dice, la próxima vez que te diga algo, dile que tu padre te ha dicho que se vaya con su puta madre. Eso me hizo bastante gracia. Mi padre tenía el don de hacerme sonreir en días amargos.

Un día, el Dr. Terror me dice de manera muy autoritaria, sin pizca de educación, que tenía que limpiar su despacho, y él tenía que estar delante mirando. Me pide que limpie todos los libros de una estantería, uno por uno y los coloque en orden. Yo, que ya estaba realmente hasta los cojones le pregunto, por orden alfabético? Por autor? Por tema? Me gritó que me fuera inmediatamente de la consulta y que me pusiera a limpiar una de las habitaciones. Cuando estoy en dicha habitación, viene súbitamente, de manera rápida, violenta, y me arrincona contra la pared. Poniendo su cara muy cerca de la mia me grita que qué coño me pasa y que qué cojones me he creído yo que soy. Entonces le respondí lo que yo me creía que era. Le dije que yo era una persona, que merecía ser tratada como tal. Le preguntaba quien cojones se creía él que era para tener esa potestad de maltratar a la gente y que nunca hubiera podido imaginar que iba a ser tratada así y menos por una gentuza como él. Mientras lo decía le miraba de arriba a abajo como si fuera una mierda a punto de ser pisada.

El Dr. Terror dio un paso atrás, su cara pasó del pálido al rojo intenso y temblaba de ira. Yo pensaba que me iba a pegar. Apuntando hacia la puerta, gritó "LARGO!!! LARGO DE AQUÍ!!!!" y me echó de la clínica sin dejarme que me vistiera con mi ropa ni nada.

Me fui a la tienda y le conté a la socia lo que había pasado. La mujer no daba crédito, pero me dijo que este hombre era así. Luego vino mi compañera a darme la ropa.

Unos días después volví a la tienda a firmar mi baja.

En resumidas cuentas: no merece la pena trabajar de biólogo en esas condiciones. Ni de biólogo ni de nada. La tensión psicológica es muy fuerte y aunque te mueras de hambre, no aguantes esto ni un día más. Si te está pasando, huye.



viernes, 11 de abril de 2014

Empresa práctica para españoles: autónomos encubiertos.

Hola de nuevo, españoles,

Supongo que esto que voy a describir aquí, algunos, quizás no pocos, también lo habéis vivido. Como comenté, mi año 2013 fue una puta mierda en casi todos los aspectos, y uno de ellos fue el laboral.

Después de no haber trabajado como bióloga en mi vida, encontré el trabajo de Instituto de Genética 23, que ya os conté ayer cómo fue. En esa entrada os hablo de cómo después entré a trabajar en una fábrica de cerveza artesanal.

Empecé a trabajar en julio, sólo los viernes por la mañana. Mi trabajo consistía en montar un laboratorio con escasos (muy escasos y artesanales) recursos. Por ejemplo, tuve que hacer una estufa de cultivo a partir de una nevera de corcho y usar pocos medios de cultivo, porque claro, son caros. El microscopio era una mierda, pero era suficiente. La verdad es que en microbiología con pocas cosas puedes hacer algo. Supongo que mi jefe se debió de gastar no más de 1200€ en todo el material. Yo desde luego, miré y remiré como hacer algo así con tan pocos medios y se puede. Cuando se tienen pocos medios se sacrifica también un poco en seguridad. Pero como los microorganismos no eran patógenos, no me preocupaba que se "escaparan" por ahí.

Tenía que analizar equipo y cervezas en diferentes momentos de su elaboración y también una vez acabadas. La cosa estaba genial, siempre me ha entusiasmado la microbiología y las cervezas, pues no te digo ná y te lo digo tó.

Mi jefe me dijo que durante el verano no podía darme más trabajo que un dia o dos a la semana como mucho y que cómo quería trabajar. Quedamos en que de momento trabajaría sin contrato, para que él no tuviera gastos en seguridad social. Ese fue mi primer error. En ese momento todavía trabajaba en el otro sitio, estaba cotizando y me daba igual. El jefe estaba al tanto de los problemas que había tenido para entrar a trabajar, ya que  mi empresa me estaba haciendo putaditas para que no lo hiciera. Cuando cerraron la otra empresa, algo totalmente previsible, me ofreció, aunque no le venía bien, ir a trabajar todos los días, si quería, por 500€, en un principio sin contrato, pero en septiembre ya me contrataría a jornada completa y todo legal. Pensé que si me correspondía paro con un contrato legal a tiempo parcial se podría combinar, antes se podía. Y le propuse que fuera así. Lo que pasa es que no tenía derecho a paro, porque había sido autónoma menos de un año antes, así que acepté porque no tenía otra cosa y me gustaba el trabajo.

Un día vino con su gestora y hablamos sobre cómo sería el contrato. Estuvieron un rato hablando ellos y luego se reunieron conmigo para proponerme ser autónoma. Parece ser que contratar a una bióloga sale por unos 21000€ al año y es caro. Así estaban todos sus trabajadores: la administrativa, tenía un contrato inferior, aunque era licenciada, y los demás, no llegué a saber detalles, pero por el estilo. La idea de ser autónoma no me entusiasmaba lo más mínimo, porque hay que hacer un montón de papeleo cada tres meses, aunque él decía que todo lo iba pagar él, la seguridad social es más barata como autónomo que como contratado y los impuestos que yo tuviera que pagar no serían muchos, es decir, IRPF e IVA, por estimación directa todos los meses. Entonces también recordé que cuando me quedé embarazada y estuve de baja maternal, había una ayuda en la seguridad social que consistía en que durante la baja, había que seguir pagando autónomos, pero después de la baja, se estaba exento de pagar la seguridad social si me hacía autónoma en los dos siguientes años a al permiso por maternidad. Yo había estado pagando la cuota de autónomos. Le dije a mi jefe que aceptaba ser autónoma porque estaba exenta de pagar seguridad social.  Se le iluminó la cara. A ver, yo lo veía de la siguiente manera: él estaba haciendo un esfuerzo por contratarme y yo le estaba correspondiendo no cobrándole la seguridad social, porque a mi no me la iban a cobrar. Otro error. Como me dijo mi pareja, esa ayuda de la seguridad social era para mi, para mi hijo, no para que un empresario pagara menos. Y tenía toda la razón.

El caso es que cuando fui a la tesorería para pedir esa ayuda, me dijeron que la habían quitado y que tenía que pagar mis cuotas. Cuando se lo dije al jefe, se desilusionó y claro, frente a una autopista con via abierta, empezó a ver baches y más baches. Me dijo que me pagaría la seguridad social siendo yo autónoma. Como ya estábamos a mitad de agosto y todavía no me había dado de alta, esperé a septiembre. Mi pareja me empezó a rallar, que si ahora vas a tener que pagar un 21% a Hacienda, que si estás desamparada y en caso de que te echen no tienes nada, que lo del IVA era una pasta, que si tenía que cobrar más... etc. Tenía razón, ¿quién se hace autónomo por 500€? Pues yo, la gilipollas. Pero ya estaba hecho.

Entonces empecé a tener problemas, unos problemas que ya había vislumbrado en agosto. Mi jefe no me hacía ni puto caso. Tenía inspecciones de Hacienda, de Sanidad y de todo, el hombre, estaba muy preocupado.  Yo no estaba a tiempo completo, así que no estaba en todo el proceso de la cerveza, dependía de que los trabajadores me cogieran algunas muestras con todas las garantías cuando no estuviera. Hablé con uno de ellos y me dijo que me las cogía. Al día siguiente las procesaba y lo que ya estaba listo, se analizaba, teñía etc. A veces se le olvidaba cogerlas, porque estaba muy liado. Lo que más veía era que había gravísimos problemas con los lactobacillus, unas bacterias que dan un sabor ácido a la cerveza, sobretodo. No había cerveza sin lactobacillus. Encontré otro tipo de bacterias también, pero los lactobacillus, eran lo más. Él me decía que a causa de esto perdía cerveza y por tanto, dinero. Yo le dí consejos, pautas, para minimizar infecciones, pero yo no sé si es que él no decía nada y pasaba de todo, preocupado por sus cosas, o que los trabajadores pasaban de seguir esas pautas. A mi me daba la sensación de que él quería  que lo que estuviera infectado, sobretodo los fermentadores, fueran desinfectados de manera radical, o sea, que se echara algo ahí y desaparecieran los microorganismos. Pero las infecciones en la industria alimenticia tienen que ser primero evitadas y después eliminadas con lejía alimenticia, por ejemplo. ¿De que me sirve echar lejía (en bajas pero efectivas concentraciones) en un fermentador, si luego una persona con calzado que ha usado para andar por la calle y por toda la fábrica, se mete dentro a limpiar???  También me pasaba que cuando informaba de una contaminación (o sea, todos los días) el decía que no. O sea, que no había contaminación. Yo alucinaba, le enseñaba las imágenes del microscopio pero él decía que la muestra se me habría contaminado con otra cosa, le mostraba los controles negativos, para que viera que no era así, pero el seguía que no.... en fin, todo ese tipo de problemas eran los que tenía. Mi trabajo era inútil, porque aunque me habían "contratado" para eliminar estas infecciones, nadie estaba dispuesto a cambiar su manera de trabajar y me sentía doña coñazo, diciéndole a todo el mundo lo que tenía que hacer. El jefe estaba muy ocupado con sus inspecciones y además se iba a cambiar de fábrica porque Sanidad le había dicho que o se iba, o le cerraban todo.

A finales de septiembre, alarmada con las afirmaciones de la administrativa que aseguraba que este hombre se iba haciendo el "longui" y que pasaba de todo, hablé con mi jefe y le pregunté qué íbamos a hacer con mi contrato y sobretodo, cuándo iba a empezar a trabajar a tiempo completo. Me dijo que no podía ni contratarme, ni darme tiempo completo, porque tenía que mudar la fábrica, bastante cerca de mi casa, por cierto. Joder, era mi trabajo soñado, cerca de casa y de bióloga. Pero no en esas condiciones, claro.

Me dijo que se le caía el alma a los pies cuando me veía (básicamente, que le daba pena yo), que entre tantas cosas y los problemas que le estaba planteando, que prefería que me fuera a casa y que hiciera los análisis allí. Me dí de baja en la seguridad social y monté el laboratorio en casa. Ya era octubre. Me pasaba por la fábrica, el chico que se encargaba de darme las muestras, a veces las tenía y otras no. Las procesaba en casa y le hacía un informe al jefe de lo que encontraba. Empecé a buscar trabajo, no podía estar cobrando 500€ eternamente. Encontré uno que tenía una formación de dos semanas a tiempo completo, así que le dije al jefe que esas dos semanas no podría ir a recoger muestras ni procesarlas, por supuesto. Me quedaban unas últimas muestras que analizaría y después compaginaría un trabajo con otro. A él le pareció perfecto porque en esas dos semanas ya hacía la mudanza y no iban a poder coger muestras.

En la primera semana que tuve de formación me dediqué por las noches a procesar las últimas muestras, que me dieron un resultado muy extraño: hongos. Ya había visto hongos otras veces en las primeras fases de elaboración, pero en cerveza terminada, nunca aún. Esto era serio, porque había muchísimos. Yo creo que esa cerveza podía dar cagalera al más pintado, como mínimo. Los hongos son cabrones, dependiendo de cuales sean, aunque no disponía de equipo para diferenciarlo, en esas cantidades, recomendé al jefe que no vendiera esa mierda. Porque si era un hongo "inofensivo" pues puede dar molestias intestinales, pero si es un hongo chungo, puede llevarse por delante a alguien, ya que algunos hongos fabrican micotoxinas, que no son infrecuentes en los cereales con los que se fabrica la cerveza y eso es peligrosísimo. Se lo comuniqué por mail, por whassup, se lo dije a los empleados, le llamé por teléfono, le dejé mensajes en el contestador. Silencio total. La administrativa me dijo que la cerveza se había vendido. El jefe había estado muy liado y no había podido hablar conmigo.

Cuando terminé el proceso de formación en la otra empresa, en noviembre, volví a ponerme en contacto con ellos para decirles que iba a volver a coger muestras. Llamé a la fábrica y hablé con la administrativa, ella me dijo que fenomenal. Al rato me llamó y me dijo que el jefe estaba con ella y que le había dicho que ese mes no iban a coger muestras. No tuvo huevos de decírmelo él personalmente, aunque fuera por teléfono. Yo evidentemente lo tomé como un despido, pero me dijo que a lo mejor en diciembre sí que seguirían. Así que guardé los aperos de laboratorio en cajas, para no tener empantanada mi casa. Una amiga mía me dijo que por cierto, lo que se usa para teñir las muestras, es citotóxico, muy citotóxico. Cuando yo estudiaba no se sabía, pero en estos años se ha descubierto que sí. Me recomendó limpiar las paredes de la casa muy muy bien. Joder, ahí me acojoné, porque tengo a mi bebé en esta casa, claro.

Hablé con mi padre sobre todo esto. Me dijo que bueno, que aunque este hombre me había estado haciendo un favor al contratarme cuando no le venía bien, la verdad es que el necesitaba de mi para hacer control de calidad de sus cervezas y que no era tal favor, el necesitaba un servicio y yo se lo estaba dando, y si no podía pagarlo, pues que no lo tuviera, pero que yo no podía estar así. Me aconsejó que me centrara en el trabajo que me diera dinero y que le dieran por el culo a este tío, porque además, si tienes una persona responsable del control de calidad en un sitio, y pese a las advertencias de esta persona, se vende un producto contaminado y luego hay problemas, el responsable es él, pero también el que ha hecho el control de calidad. Este trabajo me podría dar problemas en el futuro, quizás delitos contra la salud pública... eso ya es mucho, pero tal y como está la vida, y según me había dicho la administrativa de que el jefe escurría el bulto muy bien, echando la culpa a los empleados de sus fracasos, pues no es tan descabellado. También me dijo que vinieran ellos a recoger las cosas del laboratorio, y que no las llevara yo.

Fue el último consejo que me dió mi padre, porque esa noche falleció de un ataque al corazón, se le rompió la aorta y en cuestión de dos horas, se fue.

Después de esto, estuve un tiempo liada con papeleos interminables, todavía no se han terminado, sobre herencias y cosas así. Y pasó el tiempo. Antes de Navidad me llamó el jefe en persona. Me dijo que le había parecido extraño que no me pusiera en contacto con ellos (o sea, le extrañaba que no le hubiera perseguido a partir  del dia 1 de diciembre para pillar muestras). Le conté lo que había pasado y el pavo se desternilló de risa. Él había conocido a mi padre en una cata de cervezas que había organizado y decía, entre risas, que el hombre ni cojeaba, que cómo había podido ser. A ver, esto no sé cómo tomármelo. Si por un lado pienso mal, creo que este tío es un psicótico hijo de puta. Si pienso bien, puedo creer que igual le dió esa risa nerviosa que le da a veces a la gente cuando te notifican una muerte, y que es muy incómoda. Puede ser... en fin, sea lo que sea, ya me la pela.

Después de la risa, el hombre se puso serio, me dijo que lo sentía y esas cosas. Luego me dijo que ya estaban bien establecidos y que si quería podía continuar mi trabajo a partir de febrero con ellos. Que ahora no porque le había recomendado que no hubiera extraños por la fábrica. Joder, ¿todavía me consideraba extraña en su empresa??? Le dije que ya había tenido Biología por el momento y me negué. Se extrañó mucho.

Yo había cometido errores pero en resumen, el más garrafal fue estar dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de trabajar como bióloga. Y también me vi movida por la necesidad, ya que había tenido un año malo en cuanto a pasta, porque en la empresa anterior me debían nóminas y mi chico estaba en paro. En fin, había sido la puta de la biología. Había vendido mi trabajo en una esquina callejera y a cualquier precio. Y había sido tratada como tal. Solo que en vez de sexo, es trabajo altamente cualificado. No sé si se podría haber evitado. Quizás si no me hubiera vendido tan barato al principio, cuando este hombre me tenía más respeto, podría trabajar ahora contratada y a tiempo completo. O quizás hubiera estado en paro todo ese tiempo, también. No lo sé.

Sospecho, que a mucha gente le haya pasado lo mismo, o le esté pasando ahora mismo. Quizás tú que estás leyendo esto. Quizás el biólogo que tengan ahora mismo ahí esté en esta situación, si es que hay alguno. Si os vale lo que una vez me dijo mi padre os lo diré: la dignidad es inherente al ser humano y jamás, bajo ningún pretexto, nos tenemos que despojar de ella porque cuando la pierdes, te pierdes a tí mismo. Es mejor ser pobre y digno, que rico sin dignidad.

Sin dignidad la vida nos voltea, somos peleles. La vida es el mar y la roca la dignidad. Uno puede nadar a favor de la corriente, o puede nadar en contra, pero ahí donde está tu dignidad es donde siempre puedes empezar de nuevo, por mucho que las olas te golpeen.

jueves, 10 de abril de 2014

Empresa práctica para españoles: Instituto de Genética 23 S.L

Hola de nuevo!

Como prometí en una entrada anterior, voy a explicaros cómo funcionan las empresas españolas. No soy master de empresa ni nada, eh? Es la experiencia. Desgraciadamente, me ha tocado muchas veces esto. Aunque nunca de la manera que os voy a describir. Supongo que algunos de los que me leáis aquí puede haberos pasado los mismo.

El año pasado estuve trabajando en una empresa que se llamaba "Instituto de Genética 23, S.L". Yo buscaba trabajo de visitador médico y así que fui a la entrevista y me encontré con un señor trajeado detrás de una mesa que parecía médico. Estuvimos hablando de mi formación y trayectoria profesional, y cuando vió que había hecho un máster en Genética Clínica, se entusiasmó bastante, ya que necesitaban un genetista. A pesar de no haber trabajado jamás en ello, me contrató como directora del departamento de genética. Yo era perfectamente capaz de hacer este trabajo y supongo que tuvo suerte de encontrarse con alguien como yo. Más tarde descubrí que este hombre era bastante vago para las entrevistas de trabajo ya que no buscaba más. Veía algo, y si le caías bien, te contrataba. Yo di gracias a Dios de esto, porque en otro sitio no me hubieran cogido seguro. Tuve suerte ahí.

Fui a una formación de un día para ver cómo era la empresa y conmigo había gran cantidad de personas que diversos sitios de España, pero sobretodo de Madrid, que iban a trabajar como visitadores. Algunos de ellos no sabía ni lo que era la genética y más adelante me dediqué a darles formación para que supieran lo que estaban vendiendo, ya que puedo asegurar que ni el jefe ni ningún socio sabía bien lo que tenían en sus manos. Ahora bien, tampoco lo sabían bien los médicos a los que se les vendía. En España los médicos están pez en Genética. Sólo algunos se informan y saben bien qué pueden hacer con esto. También me encargué de darles formación a ellos para que supieran para qué podían usar estos test genéticos.

A los visitadores que entraron conmigo les dejaron muy claro que el primer mes trabajarían a comisión pura y dura y sin contrato. Por supuesto, todos los gastos los tenían que pagar de su bolsillo. Después de ese mes veían si les contrataban o no y en caso afirmativo, les harían un contrato y cobrarían 1000€ al mes más algo más de gastos y se reduciría la comisión. Yo no aceptaría trabajar un mes gratis, pero entiendo que tal y como está el percal y las promesas de que todos nos íbamos a forrar, hay gente que sí acepta y de hecho, muchos lo hicieron.

Me encargaron coger un informe de otra empresa de la cual tenían la exclusividad en España para hacer unos test de predisposición, uno de los cuales era muy interesante porque estaba relacionado con perder peso, hacer ejercicio y mejorar tu vida en base a tus características genéticas: dieta más adecuada, ejercicio más recomendado, hábitos según la genética, etc. Ellos habían contratado a un laboratorio de genética en Madrid para procesar las muestras, copiando el test de EEUU, poniendo un par de cosas más y haciéndolo aquí, de este modo ahorraban costes, bajaban el precio de entrada y suponían que así venderían más. Yo sólo tenía los genes que se iban a usar pero no cómo se interpretaban los resultados,  es decir los algoritmos genéticos. Así que además de hacer pasar el informe del español latino al español de España, poner algunas cosas más sobre dieta nutrición etc (algunas cosas también las aportaron mis jefes), me dediqué a leer una cantidad ingente de estudios en inglés sobre esos genes y ver cómo los diferentes resultados en el test genético daban diferentes resultados en los fenotipos de las diversas personas. Es decir, tú puedes tener el gen de la obesidad y no ser gordo. El gen es el gen, es lo que está ahí, pero que estes gordo o no, es tu fenotipo, lo que se expresa.

Cuando hice los algoritmos genéticos vino el informático de la empresa, que era el novio de una visitadora que había entrado dos meses antes que yo, y que no estaba contratado, por supuesto. El informático estaba desarrollando un software para poder hacer los test genéticos de manera automática en previsión de que vinieran gran cantidad de tests y poder hacerlos más rápidamente. Para eso necesitaba los algoritmos. Entre él y yo, dimos con un software que funcionaba bastante bien, aunque a veces ponía resultados incorrectos y los tenía que corregir yo de manera manual.

El laboratorio español recomendó al jefe que contratara a un director médico. Y mi sorpresa fue que no era médico, es más: según él, no había estudiado nada, era un hombre "hecho a sí mismo" que había tenido varias empresas, una de ellas de éxito pero que por ser avaricioso perdió y tuvo que vender por 1€ a una persona para que se hiciera cargo de sus deudas. El había sido naturópata y había tenido una clínica en Gijón, donde ahora vivían su exmujer e hijos. Allí tenía una mansión con 10 habitaciones. El vivia en Madrid de alquiler.

La jefa de los visitadores de Madrid me dijo que sólo habían vendido un test desde noviembre, desde que se había creado la empresa. Eran como 10 visitadores y no vendían.  El mes de febrero empezó con despidos a personas que no funcionaban, lógicamente, no tenían ninguna motivación para trabajar, ya que no cobraron nada. y se contrató a algunas personas de las que estaban "a prueba" en Madrid. En total quedaron 5 o 6 personas. Ellos estaban todo el dia fuera trabajando y yo me quedaba en la oficina con el jefe de expansión, un hombre que estaba trabajando gratis por ser amigo del jefe al que le habían prometido un super sueldo en cuanto esto funcionara. El era naturópata pero no médico naturópata. Es una persona muy puesta sí, pero no era médico. De vez en cuando venía una persona a la oficina para que la pasara consulta.

El jefe en vez de contratar un director médico genetista, contrató a una médico de familia que no tenía ni puta idea de genética y que tenía que revisar mis informes. La conocía de otra entrevista de trabajo como comercial, ella había probado a ser comercial y lo había dejado. Lógicamente, esta médico me dijo que no sabía muy bien para qué estaba ella ahí. La parte de nutrición la podía hacer yo perfectamente, ya que soy bióloga y puedo hacerlo con todas las garantías. Y la parte de genética, yo era la única realmente cualificada en esa empresa para hacerla. Empezó a sentirse mal en el trabajo y a comportarse de manera extraña. Yo empecé a sentirme mal con ella también porque me molestaba que había días que decía que no venía a trabajar y en principio, yo la necesitaba a ella para que firmara los informes. Por otro lado, la comprendía: ella sólo estaba ahí para firmar informes, no podía hacer nada más. Era una pantomima para poder decir que un médico había revisado los informes, pero su revisión no servía para nada. Estaba sin contrato, porque ella quería, me dijo, y cobrando 500€ por ir por las mañanas a trabajar allí. En realidad, según me dijo ella, no necesitaba el trabajo y le incomodaba sentirse inútil. Me estuve informando en el Colegio de Biólogos y en el departamento de Sanidad de la CAM si era realmente necesario que ella firmara los informes y en los dos sitios coincidieron en que si yo hacía los informes, los debía de firmar yo. Así que problema resuelto. El jefe muy contento, me subió el sueldo y la médico se fue encantada de la vida.

El mes de febrero fue bastante bien y el jefe se entusiasmó. Dijo que necesitaba gente para Galicia, País Vasco, Barcelona, Valencia, Murcia y Sevilla. Yo le puse en contacto con tres amigos míos para Galicia, Barcelona y Valencia. Les hizo la entrevista por teléfono, menos al de Galicia porque daba la casualidad que el jefe de expansión viajaba para allá para un asunto suyo. Empezaron a trabajar en abril.

En abril despidieron a la jefa de visitadores por bajo rendimiento. No la dieron el finiquito que la correspondía y les demandó. A mediados de abril yo todavía no había cobrado mi nómina. Pregunté al jefe cuándo iba a cobrar. Daba la casualidad que mi novio se había quedado en paro y andábamos apurados. Su respuesta fue que no lo sabía. Aunque parezca raro, le pegué una bronca a este hombre. Sobretodo la semana siguiente ya casi finales de mes que no podía darme respuesta a cuándo iba a cobrar. Le preguntaba cómo era posible que una empresa que había empezado en Noviembre no tuviera una previsión de al menos un año de gastos sin ganancias, en el peor de los casos. El me dijo que pensaban que su previsión era que en cuanto se vendieran los tests la venta iba a subir exponencialmente y que no había sido así, qué le iba a hacer. El tampoco cobraba nada. Yo entiendo que un jefe  no cobre nada, me parece hasta bien, ya que el riesgo lo asume él, pero los trabajadores tienen que cobrar todos los meses. En fin, me quedé con las ganas de cobrar ese mes.

Llegó mayo y todavía no había cobrado. Ni yo, ni ningún visitador. Las ventas no iban bien. Despidieron a otras dos visitadoras de Madrid, otra se fue. Despidieron al de Galicia y a la de Barcelona, que por cierto, nunca cobraron nada de esta empresa, ni gastos ni nada. Quedaron dos en Madrid, el de Valencia y yo. El de Valencia, por cierto, mi mejor amigo, hermano del alma, decía que el quería trabajar pero que era necesario que le pagaran algo de gastos, al menos eso, y estaba dispuesto a esperar por su nómina. Pero lo que no iba a hacer es trabajar pagando él los gastos, porque eso ya era perder dinero. Le dieron algo para que pudiera trabajar. Pero en junio, le despidieron, al igual que a otra visitadora de Madrid. Sólo quedábamos una y yo.

A todo esto, nos echaron de la oficina ya que no estaban pagando el alquiler, vino un día el casero y dijo "a la puta calle". En ese momento estaba yo sola con la visitadora de Madrid en la oficina y le dije que no me podía ir. Le puse en contacto con el jefe, hubo una discusión muy acalorada y sinceramente, en un momento determinado sentí miedo porque el casero se estaba poniendo violento. El hombre luego se disculpó. Al día siguiente vino el jefe y bajo la supervisión del casero y en medio de exclamaciones tipo "fuera, a la puta calle, adios adios" recogimos todo y nos fuimos de allí. Nos acogió uno de los socios de la empresa, un francés con muy mala baba, que tenía una oficina muy grande y medio vacía.

Yo en mayo ya me había puesto a buscar trabajo y a través de una amiga me puse en contacto con el jefe de una fábrica artesanal de cerveza. Después de hacerme la entrevista quedó en llamarme, pero no me llamó. Me puse en contacto con él y me dijo que igual en septiembre porque ahora no le venía bien. Seguí buscando trabajo, pero me había vuelto exigente y no encontraba nada, porque ahora que tenía currículum buscaba de bióloga. Vamos, ni de coña.

Durante el mes de junio, salió el juicio en respuesta a la demanda laboral que puso la jefa de visitadores de Madrid. Resulta que la muchacha estaba embarazada y nadie lo sabía cuando estaba trabajando. Pero ella usó esto y el resultado fue un despido nulo, la tenían que contratar otra vez, pagarle todos los retrasos etc. Al dia siguiente de contratarla se pilló una baja laboral y no volvió a trabajar de nuevo. Creo que todavía debe de estar de baja. El jefe se trastornó, que si era una hija de puta, que era una mentirosa que no iba a contratar una mujer en su puta vida... etc. Mi opinión al respecto es que ella hizo mal en usar algo que no iba a cuento. Para ser justos con la realidad, usar el embarazo así, va en contra de la mujer, porque ella no había notificado esta situación y no se la despidió por estar embarazada. Se la despidió porque no había vendido nada después de estar 4 meses en la empresa. Pero al final ella fue la que salió ganando, porque ahora que ya han pasado varios meses, todos mis compañeros y yo, por supuesto, hemos demandado y no hemos conseguido absolutamente nada, ni un puto duro.

En el Instituto de Genética me daban de vez en cuando 500€ en concepto de sueldo pero yo veía que cada vez me debían más. A finales de junio, el dueño de la fábrica de cervezas me dijo que si quería podía trabajar a partir de julio, aunque sólo un día a la semana. Yo le dije que sí, sin más.

Hablé con mi jefe sobre cómo lo podíamos hacer, si hacía dos horas más todos los días y así el que fuera a trabajar al otro lado, se compensaba. Se puso como un basilisco, que si no estaba contenta, que por todo lo que yo cobro, a lo que le respondí que de qué me sirve cobrar 1300€ al mes, si no me lo dan, que tengo que comer y que muy contenta no puedo estar cuando no se cobra el trabajo realizado. Como discutí con él, todo por teléfono (porque él nunca estaba en la oficina) me dijo que si no estaba contenta que me fuera. Yo le dije que el trabajo me gustaba, pero que necesitaba pasta, simplemente, y me amenazó con despedirme. Cuando le pregunté si estaba realmente estaba despidiendome dijo que iba  a hablar con los socios de la empresa para despedirme. Yo llamé al francés y le conté la situación y él me dijo que se necesitaba una persona en esta empresa de lunes a viernes en la oficina. Le propuse usar mis días de vacaciones para poder hacer esto y me contestó que teníamos que hablarlo. Al día siguiente, silencio. Entonces volví a llamar a mi jefe y me dijo que creía que todo había quedado claro el día anterior, y yo le dije que no estaba claro en absoluto. Le notifiqué que iba a usar mis vacaciones para poder hacer esto y me contestó que no, porque se iba a cerrar en agosto y tenía que coger todas mis vacaciones en ese mes. Volvió a decirme que yo vería si prefería tener un trabajo de un día o este. Yo le volví a decir que en este se me tenía que pagar lo mío y que el otro trabajo lo iba a coger igual. Volvió a decir que iba a hablar con los socios para despedirme. La verdad es que yo quería que me despidieran del todo. Porque lo que no iba a hacer es renunciar a mi indemnización y a mi paro. Yo sabía que ese verano era muy probable que no cobrara nada, porque si las ventas iban mal, pues en julio y en agosto la cosa cae estrepitosamente, normalmente, en todo lo relacionado con la visita médica: los médicos y los pacientes se van de vacaciones. Entre lo de la jefa de visitadores de Madrid y que no se vendía nada, no le daba yo a esta empresa un periodo de vida de más allá de julio.

El caso es que en tema de vacaciones ya habíamos quedado al principio del año que las cogiera cuando quisiera y como quisiera y acogiéndome a ese acuerdo, les envié un mail informando que iba a coger vacaciones todos los viernes durante ese verano. El jefe de expansión que estaba mesa con mesa conmigo, dijo que había hablado con el francés y que éste había dicho que "cualquier muestra de rebelión por parte de los trabajadores, debía ser atajada inmediatamente". Pero que como me necesitaban, pues de momento todo ok, podía coger esas vacaciones. A mi compañera nunca le habían puesto problemas en pillar sus vacaciones y en este caso les sentaba mal, porque sabían que yo no iba a estar de vacaciones, si no trabajando para otra empresa y que eso el jefe lo llevaba especialmente mal. Le respondí que yo llevaba mal no cobrar y que me hubiera gustado no tener que hacer esto. Durante ese mes me cortaron la luz, y el teléfono. Yo estaba hecha polvo porque todo esto me ponía muy nerviosa, la situación en mi casa era insostenible y tenía un bebé. Tenía que pedir ayuda a mis padres, que se quejaban, lógicamente.

De momento, en el trabajo, la cosa se calmó, pero a los pocos días, el jefe de expansión me dijo que iban a pasar el informe genético al ruso y que como el del laboratorio (por cierto, que tampoco cobraba) era traductor de ruso, que necesitaba mis algoritmos genéticos para ello. Le dije al jefe de expansión que los algoritmos no se necesitan para traducir al ruso nada, porque los algoritmos no aparecen en el informe y que no se los iba a dar. Entonces se puso en contacto conmigo el jefe y me los volvió a pedir con el mismo pretexto.

A ver, los algoritmos eran el secreto de la empresa, sin ellos no se pueden interpretar los tests. Los guardaba yo como oro en paño y los tenía registrados. Supongo que evidentemente el jefe del laboratorio podía sacar esos algoritmos el mismo, pero como no le pagaban, no estaba dispuesto a hacerlo, ya que se tarda en hacerlo por lo menos un mes.

Por supuesto, me negué a dar estos algoritmos. El jefe me volvió a amenazar, coaccionar etc. Dijo que esos algoritmos eran suyos porque me había contratado para hacerlos. Pero yo, que me había asesorado con una abogada del Colegio de Biólogos le respondí que no. En mi caso, ya que había sido contratada con una cualificación inferior y se me había encargado un trabajo que excedía de mis funciones, tenía que cobrar por ellos, a parte del trabajo que tuviera que hacer. Yo no les había cobrado nada por ellos, y por ese motivo tampoco se los había dado. El resultado final era que si no me pagaban lo que me debían, no les daba ni la hora. El jefe se puso como un energúmeno que me iba a la puta calle, yo estaba esperando que fuera así, ¿para qué quiero un trabajo en el que no me pagan y se aprovechan de mi? Le dije que hiciera lo que creyera oportuno y me avisara en ese caso para no tener que ir mas. Mientras, seguiría yendo a la oficina religiosamente.

El hombre no se atrevía a despedirme. Tuve que seguir yendo a la oficina. Me llamó una tarde de finales de julio y dijo que habían estado hablando todos los socios, que iban a cerrar la empresa porque era insostenible y que me iban a pagar 1000€ a mi y otros tantos a mi compañera, y que el resto los cobrara del FOGASA. Yo había estado haciendo cálculos y me debían  más de 4000€. Lo del FOGASA esta muy bien, pero para empezar, no me los iban a dar inmediatamente, que era lo que necesitaba y lo siguiente es que no te pagan todo lo que te debe la empresa.

El 31 de julio firmamos nuestra baja por despido improcedente. Los finiquitos estaban mal calculados, y en fin, todo estaba mal. En ese momento nos enteramos de que parte de nuestra nómina era en negro. Como nunca nos daban las nóminas, pues también es culpa nuestra, por otro lado, por no exigirlas. Por supuesto, todo esto está demandado.

El jefe, ay, el jefe... un impresentable hijo de puta, un puto inútil pero que se conoce muy bien cómo librarse de sus deudas es este, este y este. Se ha montado otra empresa que no está a su nombre, y debe estar por Alicante, tomando el sol. Tan tranquilo y feliz. Su móvil ya no funciona. Le deben de estar buscando en más de un juzgado. Creo que le echaron de su casa por no pagar el alquiler y vive de su novia, como un mantenido a la espera de que a la nueva empresa le vaya bien. Si teneis la desgracia de encontraros con él, salid pitando, porque es de esas personas que parecen muy campechanas y luego son unos despiadados hijos de puta.