viernes, 11 de abril de 2014

Empresa práctica para españoles: autónomos encubiertos.

Hola de nuevo, españoles,

Supongo que esto que voy a describir aquí, algunos, quizás no pocos, también lo habéis vivido. Como comenté, mi año 2013 fue una puta mierda en casi todos los aspectos, y uno de ellos fue el laboral.

Después de no haber trabajado como bióloga en mi vida, encontré el trabajo de Instituto de Genética 23, que ya os conté ayer cómo fue. En esa entrada os hablo de cómo después entré a trabajar en una fábrica de cerveza artesanal.

Empecé a trabajar en julio, sólo los viernes por la mañana. Mi trabajo consistía en montar un laboratorio con escasos (muy escasos y artesanales) recursos. Por ejemplo, tuve que hacer una estufa de cultivo a partir de una nevera de corcho y usar pocos medios de cultivo, porque claro, son caros. El microscopio era una mierda, pero era suficiente. La verdad es que en microbiología con pocas cosas puedes hacer algo. Supongo que mi jefe se debió de gastar no más de 1200€ en todo el material. Yo desde luego, miré y remiré como hacer algo así con tan pocos medios y se puede. Cuando se tienen pocos medios se sacrifica también un poco en seguridad. Pero como los microorganismos no eran patógenos, no me preocupaba que se "escaparan" por ahí.

Tenía que analizar equipo y cervezas en diferentes momentos de su elaboración y también una vez acabadas. La cosa estaba genial, siempre me ha entusiasmado la microbiología y las cervezas, pues no te digo ná y te lo digo tó.

Mi jefe me dijo que durante el verano no podía darme más trabajo que un dia o dos a la semana como mucho y que cómo quería trabajar. Quedamos en que de momento trabajaría sin contrato, para que él no tuviera gastos en seguridad social. Ese fue mi primer error. En ese momento todavía trabajaba en el otro sitio, estaba cotizando y me daba igual. El jefe estaba al tanto de los problemas que había tenido para entrar a trabajar, ya que  mi empresa me estaba haciendo putaditas para que no lo hiciera. Cuando cerraron la otra empresa, algo totalmente previsible, me ofreció, aunque no le venía bien, ir a trabajar todos los días, si quería, por 500€, en un principio sin contrato, pero en septiembre ya me contrataría a jornada completa y todo legal. Pensé que si me correspondía paro con un contrato legal a tiempo parcial se podría combinar, antes se podía. Y le propuse que fuera así. Lo que pasa es que no tenía derecho a paro, porque había sido autónoma menos de un año antes, así que acepté porque no tenía otra cosa y me gustaba el trabajo.

Un día vino con su gestora y hablamos sobre cómo sería el contrato. Estuvieron un rato hablando ellos y luego se reunieron conmigo para proponerme ser autónoma. Parece ser que contratar a una bióloga sale por unos 21000€ al año y es caro. Así estaban todos sus trabajadores: la administrativa, tenía un contrato inferior, aunque era licenciada, y los demás, no llegué a saber detalles, pero por el estilo. La idea de ser autónoma no me entusiasmaba lo más mínimo, porque hay que hacer un montón de papeleo cada tres meses, aunque él decía que todo lo iba pagar él, la seguridad social es más barata como autónomo que como contratado y los impuestos que yo tuviera que pagar no serían muchos, es decir, IRPF e IVA, por estimación directa todos los meses. Entonces también recordé que cuando me quedé embarazada y estuve de baja maternal, había una ayuda en la seguridad social que consistía en que durante la baja, había que seguir pagando autónomos, pero después de la baja, se estaba exento de pagar la seguridad social si me hacía autónoma en los dos siguientes años a al permiso por maternidad. Yo había estado pagando la cuota de autónomos. Le dije a mi jefe que aceptaba ser autónoma porque estaba exenta de pagar seguridad social.  Se le iluminó la cara. A ver, yo lo veía de la siguiente manera: él estaba haciendo un esfuerzo por contratarme y yo le estaba correspondiendo no cobrándole la seguridad social, porque a mi no me la iban a cobrar. Otro error. Como me dijo mi pareja, esa ayuda de la seguridad social era para mi, para mi hijo, no para que un empresario pagara menos. Y tenía toda la razón.

El caso es que cuando fui a la tesorería para pedir esa ayuda, me dijeron que la habían quitado y que tenía que pagar mis cuotas. Cuando se lo dije al jefe, se desilusionó y claro, frente a una autopista con via abierta, empezó a ver baches y más baches. Me dijo que me pagaría la seguridad social siendo yo autónoma. Como ya estábamos a mitad de agosto y todavía no me había dado de alta, esperé a septiembre. Mi pareja me empezó a rallar, que si ahora vas a tener que pagar un 21% a Hacienda, que si estás desamparada y en caso de que te echen no tienes nada, que lo del IVA era una pasta, que si tenía que cobrar más... etc. Tenía razón, ¿quién se hace autónomo por 500€? Pues yo, la gilipollas. Pero ya estaba hecho.

Entonces empecé a tener problemas, unos problemas que ya había vislumbrado en agosto. Mi jefe no me hacía ni puto caso. Tenía inspecciones de Hacienda, de Sanidad y de todo, el hombre, estaba muy preocupado.  Yo no estaba a tiempo completo, así que no estaba en todo el proceso de la cerveza, dependía de que los trabajadores me cogieran algunas muestras con todas las garantías cuando no estuviera. Hablé con uno de ellos y me dijo que me las cogía. Al día siguiente las procesaba y lo que ya estaba listo, se analizaba, teñía etc. A veces se le olvidaba cogerlas, porque estaba muy liado. Lo que más veía era que había gravísimos problemas con los lactobacillus, unas bacterias que dan un sabor ácido a la cerveza, sobretodo. No había cerveza sin lactobacillus. Encontré otro tipo de bacterias también, pero los lactobacillus, eran lo más. Él me decía que a causa de esto perdía cerveza y por tanto, dinero. Yo le dí consejos, pautas, para minimizar infecciones, pero yo no sé si es que él no decía nada y pasaba de todo, preocupado por sus cosas, o que los trabajadores pasaban de seguir esas pautas. A mi me daba la sensación de que él quería  que lo que estuviera infectado, sobretodo los fermentadores, fueran desinfectados de manera radical, o sea, que se echara algo ahí y desaparecieran los microorganismos. Pero las infecciones en la industria alimenticia tienen que ser primero evitadas y después eliminadas con lejía alimenticia, por ejemplo. ¿De que me sirve echar lejía (en bajas pero efectivas concentraciones) en un fermentador, si luego una persona con calzado que ha usado para andar por la calle y por toda la fábrica, se mete dentro a limpiar???  También me pasaba que cuando informaba de una contaminación (o sea, todos los días) el decía que no. O sea, que no había contaminación. Yo alucinaba, le enseñaba las imágenes del microscopio pero él decía que la muestra se me habría contaminado con otra cosa, le mostraba los controles negativos, para que viera que no era así, pero el seguía que no.... en fin, todo ese tipo de problemas eran los que tenía. Mi trabajo era inútil, porque aunque me habían "contratado" para eliminar estas infecciones, nadie estaba dispuesto a cambiar su manera de trabajar y me sentía doña coñazo, diciéndole a todo el mundo lo que tenía que hacer. El jefe estaba muy ocupado con sus inspecciones y además se iba a cambiar de fábrica porque Sanidad le había dicho que o se iba, o le cerraban todo.

A finales de septiembre, alarmada con las afirmaciones de la administrativa que aseguraba que este hombre se iba haciendo el "longui" y que pasaba de todo, hablé con mi jefe y le pregunté qué íbamos a hacer con mi contrato y sobretodo, cuándo iba a empezar a trabajar a tiempo completo. Me dijo que no podía ni contratarme, ni darme tiempo completo, porque tenía que mudar la fábrica, bastante cerca de mi casa, por cierto. Joder, era mi trabajo soñado, cerca de casa y de bióloga. Pero no en esas condiciones, claro.

Me dijo que se le caía el alma a los pies cuando me veía (básicamente, que le daba pena yo), que entre tantas cosas y los problemas que le estaba planteando, que prefería que me fuera a casa y que hiciera los análisis allí. Me dí de baja en la seguridad social y monté el laboratorio en casa. Ya era octubre. Me pasaba por la fábrica, el chico que se encargaba de darme las muestras, a veces las tenía y otras no. Las procesaba en casa y le hacía un informe al jefe de lo que encontraba. Empecé a buscar trabajo, no podía estar cobrando 500€ eternamente. Encontré uno que tenía una formación de dos semanas a tiempo completo, así que le dije al jefe que esas dos semanas no podría ir a recoger muestras ni procesarlas, por supuesto. Me quedaban unas últimas muestras que analizaría y después compaginaría un trabajo con otro. A él le pareció perfecto porque en esas dos semanas ya hacía la mudanza y no iban a poder coger muestras.

En la primera semana que tuve de formación me dediqué por las noches a procesar las últimas muestras, que me dieron un resultado muy extraño: hongos. Ya había visto hongos otras veces en las primeras fases de elaboración, pero en cerveza terminada, nunca aún. Esto era serio, porque había muchísimos. Yo creo que esa cerveza podía dar cagalera al más pintado, como mínimo. Los hongos son cabrones, dependiendo de cuales sean, aunque no disponía de equipo para diferenciarlo, en esas cantidades, recomendé al jefe que no vendiera esa mierda. Porque si era un hongo "inofensivo" pues puede dar molestias intestinales, pero si es un hongo chungo, puede llevarse por delante a alguien, ya que algunos hongos fabrican micotoxinas, que no son infrecuentes en los cereales con los que se fabrica la cerveza y eso es peligrosísimo. Se lo comuniqué por mail, por whassup, se lo dije a los empleados, le llamé por teléfono, le dejé mensajes en el contestador. Silencio total. La administrativa me dijo que la cerveza se había vendido. El jefe había estado muy liado y no había podido hablar conmigo.

Cuando terminé el proceso de formación en la otra empresa, en noviembre, volví a ponerme en contacto con ellos para decirles que iba a volver a coger muestras. Llamé a la fábrica y hablé con la administrativa, ella me dijo que fenomenal. Al rato me llamó y me dijo que el jefe estaba con ella y que le había dicho que ese mes no iban a coger muestras. No tuvo huevos de decírmelo él personalmente, aunque fuera por teléfono. Yo evidentemente lo tomé como un despido, pero me dijo que a lo mejor en diciembre sí que seguirían. Así que guardé los aperos de laboratorio en cajas, para no tener empantanada mi casa. Una amiga mía me dijo que por cierto, lo que se usa para teñir las muestras, es citotóxico, muy citotóxico. Cuando yo estudiaba no se sabía, pero en estos años se ha descubierto que sí. Me recomendó limpiar las paredes de la casa muy muy bien. Joder, ahí me acojoné, porque tengo a mi bebé en esta casa, claro.

Hablé con mi padre sobre todo esto. Me dijo que bueno, que aunque este hombre me había estado haciendo un favor al contratarme cuando no le venía bien, la verdad es que el necesitaba de mi para hacer control de calidad de sus cervezas y que no era tal favor, el necesitaba un servicio y yo se lo estaba dando, y si no podía pagarlo, pues que no lo tuviera, pero que yo no podía estar así. Me aconsejó que me centrara en el trabajo que me diera dinero y que le dieran por el culo a este tío, porque además, si tienes una persona responsable del control de calidad en un sitio, y pese a las advertencias de esta persona, se vende un producto contaminado y luego hay problemas, el responsable es él, pero también el que ha hecho el control de calidad. Este trabajo me podría dar problemas en el futuro, quizás delitos contra la salud pública... eso ya es mucho, pero tal y como está la vida, y según me había dicho la administrativa de que el jefe escurría el bulto muy bien, echando la culpa a los empleados de sus fracasos, pues no es tan descabellado. También me dijo que vinieran ellos a recoger las cosas del laboratorio, y que no las llevara yo.

Fue el último consejo que me dió mi padre, porque esa noche falleció de un ataque al corazón, se le rompió la aorta y en cuestión de dos horas, se fue.

Después de esto, estuve un tiempo liada con papeleos interminables, todavía no se han terminado, sobre herencias y cosas así. Y pasó el tiempo. Antes de Navidad me llamó el jefe en persona. Me dijo que le había parecido extraño que no me pusiera en contacto con ellos (o sea, le extrañaba que no le hubiera perseguido a partir  del dia 1 de diciembre para pillar muestras). Le conté lo que había pasado y el pavo se desternilló de risa. Él había conocido a mi padre en una cata de cervezas que había organizado y decía, entre risas, que el hombre ni cojeaba, que cómo había podido ser. A ver, esto no sé cómo tomármelo. Si por un lado pienso mal, creo que este tío es un psicótico hijo de puta. Si pienso bien, puedo creer que igual le dió esa risa nerviosa que le da a veces a la gente cuando te notifican una muerte, y que es muy incómoda. Puede ser... en fin, sea lo que sea, ya me la pela.

Después de la risa, el hombre se puso serio, me dijo que lo sentía y esas cosas. Luego me dijo que ya estaban bien establecidos y que si quería podía continuar mi trabajo a partir de febrero con ellos. Que ahora no porque le había recomendado que no hubiera extraños por la fábrica. Joder, ¿todavía me consideraba extraña en su empresa??? Le dije que ya había tenido Biología por el momento y me negué. Se extrañó mucho.

Yo había cometido errores pero en resumen, el más garrafal fue estar dispuesta a hacer cualquier cosa con tal de trabajar como bióloga. Y también me vi movida por la necesidad, ya que había tenido un año malo en cuanto a pasta, porque en la empresa anterior me debían nóminas y mi chico estaba en paro. En fin, había sido la puta de la biología. Había vendido mi trabajo en una esquina callejera y a cualquier precio. Y había sido tratada como tal. Solo que en vez de sexo, es trabajo altamente cualificado. No sé si se podría haber evitado. Quizás si no me hubiera vendido tan barato al principio, cuando este hombre me tenía más respeto, podría trabajar ahora contratada y a tiempo completo. O quizás hubiera estado en paro todo ese tiempo, también. No lo sé.

Sospecho, que a mucha gente le haya pasado lo mismo, o le esté pasando ahora mismo. Quizás tú que estás leyendo esto. Quizás el biólogo que tengan ahora mismo ahí esté en esta situación, si es que hay alguno. Si os vale lo que una vez me dijo mi padre os lo diré: la dignidad es inherente al ser humano y jamás, bajo ningún pretexto, nos tenemos que despojar de ella porque cuando la pierdes, te pierdes a tí mismo. Es mejor ser pobre y digno, que rico sin dignidad.

Sin dignidad la vida nos voltea, somos peleles. La vida es el mar y la roca la dignidad. Uno puede nadar a favor de la corriente, o puede nadar en contra, pero ahí donde está tu dignidad es donde siempre puedes empezar de nuevo, por mucho que las olas te golpeen.

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